Puede que no sea una pregunta políticamente correcta, pero la respuesta puede sorprender y seguro que más de uno la necesita. De entrada, en España, no se puede trabajar legalmente sin permiso de residencia y alta en la Seguridad Social, por lo que un empleador que contrate a una empleada del hogar en situación irregular se expone a sanciones económicas importantes. Sin embargo, existe una herramienta que puede ser clave en estos casos: el precontrato de trabajo.
Este documento recoge el compromiso del empleador de contratar a la trabajadora en cuanto obtenga autorización de residencia, detallando ya las condiciones de salario, jornada y funciones. Se trata de un paso previo que no autoriza a trabajar de inmediato, pero que resulta fundamental en procesos como el arraigo sociolaboral, la vía más habitual para regularizar la situación de quienes llevan tiempo en España. “El precontrato es un compromiso. No sustituye al contrato ni permite empezar a trabajar, pero es un primer paso abre la puerta a la regularización”, explica José Miguel Peñas, CEO de Servicios Reunidos Peñas (SRP).
Con la reforma de mayo de 2025, la vía de regularización a través del arraigo sociolaboral exige ahora precontratos de al menos tres meses de duración y jornadas de 20 horas semanales, que incluso pueden acumularse entre varios empleadores. Esto facilita la regularización de muchas empleadas del hogar que trabajan a tiempo parcial, una realidad muy extendida en este sector. Y supone un cambio muy importante, ya que hasta ahora se exigían contratos de jornada completa para recurrir a esta via.
El precontrato debe redactarse por escrito e incluir los datos de ambas partes, las condiciones laborales pactadas y, en ocasiones, una cláusula de indemnización por incumplimiento. Lo esencial es que refleje un compromiso real y verificable: el empleador debe demostrar capacidad económica y disposición para formalizar el contrato en cuanto la Administración lo autorice.
Riesgos de contratar sin regularizar
Si pese a todo se opta por contratar a una persona sin papeles y sin alta en la Seguridad Social, el empleador puede enfrentarse a multas que oscilan entre los 3.000 y los 10.000 euros. Además, desde 2023 las empleadas del hogar cotizan también por desempleo y FOGASA, lo que ha ampliado las obligaciones de quienes las contratan. “Cualquier trabajadora doméstica debe estar dada de alta desde el primer día. Intentar un atajo puede salir muy caro. El precontrato es el único camino legalmente respaldado”, advierte Peñas de Pablo, quien recuerda que desde Europa también se ha instado a los Estados a promover fórmulas que eviten la economía sumergida en sectores vulnerables como el empleo doméstico.
¿Qué requisitos debe cumplir el precontrato?
- Duración clara: al menos tres meses, según el RD 1155/2024.
- Jornada mínima: 20 horas semanales, que pueden sumarse de varios empleadores.
- Cláusula condicionante: debe establecer que la relación empieza cuando el permiso sea otorgado.
- Documentación del empleador: identificación fiscal, solvencia económica, alta como empleador doméstico y estar al corriente con la Seguridad Social y Hacienda
