Si tienes un negocio, eres autónomo o gestionas una pyme, más vale que tomes nota: a partir del 1 de enero de 2026, Hacienda sabrá cada mes cuánto cobras por Bizum, tarjeta o cualquier app de pagos móviles como PayPal, independientemente de la cantidad o del tipo de operación. El Real Decreto 253/2025, publicado hace unas semanas, impone a los bancos y entidades de dinero electrónico la obligación de enviar esta información mensualmente y con un nivel de detalle nunca visto.
Hasta ahora, los bancos solo tenían que declarar cobros con tarjeta cuando superaban los 3.000 euros y lo hacían una sola vez al año. Eso dejaba fuera infinidad de ingresos de autónomos, ecommerce o pequeños negocios. Con el nuevo sistema, desaparece cualquier umbral mínimo: desde el primer euro, la Agencia Tributaria recibirá la identificación del empresario, el número de comercio, los TPV empleados, las cuentas bancarias vinculadas y, muy importante, el importe mensual cobrado, desglosado entre pagos con tarjeta y cobros asociados a móvil.
Cruce automático
Esta medida se suma a la ya anunciada a principios de año: el control exhaustivo de las tarjetas de crédito y débito que sumen más de 25.000 euros anuales en movimientos, incluidos pagos en comercios, retiradas de efectivo en cajeros o recargas de tarjetas prepago. Plataformas de pago, grandes almacenes y redes de estaciones de servicio también deberán reportar estos datos, ampliando la fiscalización a prácticamente todos los actores del sistema de pagos.
En la práctica, el cruce automático entre lo que informan los bancos y lo que declara cada empresa en IVA, IRPF o Sociedades hará imposible disimular ingresos, incluso por descuido. Para José Miguel Peñas de Pablo, CEO del Grupo Servicio Reunidos Peñas (SRP), “Ahora ya no basta con facturar bien: hay que poder conciliar automáticamente los cobros con la contabilidad, generar asientos de forma inmediata, exportar toda esa información a los formatos exigidos por la Agencia Tributaria y asegurarse de que el asesor fiscal puede validarlo todo antes de presentar cualquier modelo. Si un bar cobra cafés con Bizum o una tienda online recibe pagos por tarjeta y no lo refleja al céntimo, la notificación de Hacienda llegará. Antes o después, pero llegará”.
Rastro bancario
Peñas de Pablo recuerda que hoy todavía hay pequeños negocios que no tienen ni VeriFactu ni facturación electrónica, y mantienen una contabilidad improvisada. “Eso ya no es viable. Ahora cada euro tendrá su rastro bancario, su asiento contable y su reflejo fiscal. Si no, la discrepancia salta sola”. Por eso insiste en que el margen de maniobra se agota: “Si esperas a 2026 para adaptarte, llegarás tarde. Toca automatizar todo: conciliación bancaria, facturación, asientos contables y generación de modelos. Es la única forma de dormir tranquilo cuando Hacienda tenga toda tu información cada mes”. Y para conseguir esa tranquilidad, siempre es conveniente contar con buenos asesores, como los trabajadores de SRP.
Esta normativa marca el final de la zona gris en la que muchos autónomos operaban con pagos digitales sin control exhaustivo. Según las estimaciones realizadas, el volumen de ingresos que no se declaraba correctamente solo en pagos digitales superaba los cientos de millones de euros, sobre todo en actividades muy atomizadas como comercio minorista, hostelería, servicios personales y ventas online. Con la supervisión mensual de cada operación y el control simultáneo de gastos con tarjeta y cobros digitales, el mensaje es claro: la digitalización de los cobros trae consigo la digitalización de la fiscalidad.